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sábado, 11 de febrero de 2017

ORACIONES PARA MARÍA

María: Hazte presente entre nosotros
como lo estuviste con los amigos de Jesús.
Contigo aprendemos a esperar,
contigo aprendemos a orar,
contigo aprendemos a reconocer a Jesús.
Contigo aprendemos a ser más alegres,
contigo aprendemos a compartir,
contigo aprendemos a darnos a los demás.
María vive con nosotros
para que la palabra de tu  hijo Jesús
siga dándonos fuerza.
María, camina con nosotros.


María, madre del corazón lleno de Dios,
danos tu misma apertura al Padre,
para dejar que Dios entre en nuestro corazón.
Danos tu confianza para fiarnos de Dios
y dejar nuestra vida en sus manos.

María Madre de los oídos bien abiertos.
Abre los oídos de nuestro corazón
a la palabra de Dios que nos habla, 
en las necesidades de los que nos rodean
y en las cualidades que Él nos ha regalado,
y nos llama, como a ti, a hacer su voluntad.

María, Madre de la entrega a Dios,
enséñanos a darnos con generosidad al Señor,
que está presente en los pequeños
a los que debemos amar con nuestra ayuda.

María, Madre del corazón siempre dispuesto,
 danos tu misma disponibilidad
para ayudar desinteresadamente y con alegría
a los que necesitan nuestro apoyo
y nuestra presencia amiga.

María Madre del camino a casa de Isabel,
danos tu misma fuerza de voluntad
para salir con prontitud al encuentro
de los que están necesitando de nosotros,
sin poder o atreverse a pedir ayuda.



María, soy un joven parecido a todos los que me rodean.
Estoy estudiando para ocupar un puesto responsable
en la sociedad del mañana.
Quiero que me acompañes,
ya que con tu ayuda y la de Jesús, lo conseguiré.
Acuérdate de aquellos niños y jóvenes que no
tienen ni lo más necesario.
Ayúdales para que encuentre la alegría en su vida.
Gracias, María por escucharme.


Haz, Señor, que en nuestra casa,
cuando se hable, siempre nos miremos a los ojos
y busquemos crecer juntos;
que nadie esté solo, ni en la indiferencia ni en el aburrimiento;
que los problemas de los otros no sean ignorados,
que pueda entrar quien tiene necesidad y sea bienvenido.
Señor, que en nuestra casa sea importante el trabajo,
pero no más importante que la alegría;
que la comida sea momento de alegría y de conversación;
que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo;
que la riqueza mayor sea estar juntos.
Señor, que en nuestra casa el más débil sea el centro de la atención;
que el más pequeño y el más viejo sean los más queridos;
que el mañana no nos de miedo,
porque Dios siempre está cerca;
que cada gesto esté lleno de significado;
que te demos las gracias por todo lo que la vida nos ofrece y tu amor nos da.
Señor, que nuestra casa sea lugar de acogida
como la casa de Marta, María y Lázaro en Betania. Amén


Te pedimos hoy, María,
por todo nuestro pueblo.
Por la gente que sufre y está sin trabajo,
por los que están enfermos y sin atención médica.
Por los niños de la calle
y los que no van a la escuela.
Danos fuerzas para vivir solidarios
y tender siempre una mano.
No nos dejes ser indiferentes y ayúdanos 
a cambiar las cosas aún desde lo pequeño.
Ilumina a nuestros gobernantes
para que escuchen a su pueblo y trabajen por su dignidad.
Que no le vuelvan la espalda a sus necesidades 
y no se enriquezcan con lo que es de todos.
Guíanos madre hacia un futuro más justo y más fraterno.
Queremos construirlo con nuestro esfuerzo,
nuestra fe y nuestra esperanza.
Danos fuerzas para lograrlo.
¡Que así sea, Señor!


María. Madre de Jesús,
Madre de todos los hombres,
ayúdanos a llevar a Jesús
a todos nuestros amigos y familiares.
Que el ejemplo sencillo
de la vida familiar de Nazaret
sirva de estímulo a tantas familias
que desean un hogar en paz.
Que la convivencia entre vecinos,
familiares y amigos
sea una realidad conseguida
con nuestro esfuerzo
a través de la aceptación
el respeto y el aprecio.
Haz que el testimonio
de nuestra vida diaria,
sencilla y humilde,
sirva para que Jesús
sea el centro de la amistad,
y de la convivencia familiar.



Madre:
Te pido por los enfermos
abandonados, marginados.
Por los que sufren en soledad,
tristeza, abandono.
Que tu mano los conforte,
ayude, anime y les de esperanza.
Tu fortaleza al pie de la Cruz,
ante el dolor de Tu Hijo,
sirva de consuelo en sus sufrimientos
y en nuestras dificultades,



Virgen Madre María:
Hoy vengo a pedirte por mi familia,
por las familias cristianas.
Que florezcan en ellos la concordia,
la unión, el diálogo, el amor.
Que los niños nos sintamos cada día más 
integrados en nuestras familias
y con nuestros mayores.
Que el ejemplo
de la familia de Nazaret
sirva de modelo a tantas familias
en las que falta el cariño,
el amor y la unión.
Te lo pido a ti, que eres Madre
y sabes lo que es una familia.



Madre buena,
quédate con nosotros.
Preside nuestra vida,
protege nuestro corazón,
alivia nuestras penas,
bendice nuestras actividades.
Enséñanos a amar a tu Hijo
en las personas de los demás.
Que no la mañana amanezcamos un día más
dispuestos a la entrega
y al esfuerzo constante.



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